20 (XXVIII) LA SERPIENTE QUE DANZA


1 ! Cómo me gusta ver, querida indolente,
En tu cuerpo tan bello,
Como una tela vacilante,
Espejear la piel!

5 Sobre tu cabellera profunda
De acres perfumes,
Mar vagabundo y fragante
De olas ocres y azules,

9 Como un navío que se despierta
Al viento matinal,
Mi alma soñadora apareja
Hacia un cielo lejano.

13 Tus ojos que nada revelan
De dulce ni amargo,
Son dos alhajas frías donde se mezcla
El oro con el hierro.

17 Al verte caminar cadenciosamente,
Hermosa en tu abandono,
Diríase una serpiente que danza
En la punta de una vara.

21 Bajo el fardo de tu pereza
Tu cabeza de niña
Se balancea con el desgano
De un elefante jóven,

25 Y tu cuerpo se inclina y se estira
Como un angosto navío
Que se balancea de borda a borda y hunde
Sus vergas en el agua.

29 Como una ola crecida por el deshielo
De los estruendosos glaciares,
Cuando el agua de tu boca sube
Al borde de tus dientes,

33 Creo beber un vino de Bohemia,
Amargo y vencedor,
!Un cielo líquido que siembra
De estrellas mi corazón!

LAS FLORES DEL MAL
CHARLES BAUDELAIRE